Solidaridad de los estibadores de Castelló en Kenia

Escrito el 22/07/2024
CtmValencia Somt


Ainhoa Escuriola, en representación de los estibadores del Port de Castelló, ha visitado una escuela en la localidad keniana de Ukunda para donar ropa y calzado a los niños


Mediterraneo

Los estibadores del Port de Castelló se solidarizaron con una escuela en la pequeña localidad costera de Ukunda, en Kenia, con donaciones de ropa y calzado. Ainhoa Escuriola, en representación de los estibadores castellonenses, viajó cargada de todas las aportaciones que pudo hacer caber en dos maletas grandes. Así, Escuriola se muestra profundamente agradecida: «Todos los compañeros se volcaron muchísimo con la iniciativa, no pude cogerlo todo, cuando vuelva llevaré lo que falta». 

La joven estibadora ya había visitado Ukunda el año pasado con la agencia de viajes alternativos Africsoul. De este modo, en octubre de 2023 pasó unos días «lúdicos» de safari, y los demás, colaborando en este pequeño colegio. Tras su estancia, apadrinó a una niña, y con la intención de volver a verla este mes de mayo, surgió la idea de hacer una recogida entre sus compañeros. La colaboración imprescindible del sindicato Coordinadora, y su comisión Solidaria hicieron posible el proyecto. 



«Llevaba una mochila para mí con lo justo, dos camisetas, dos pantalones y una bolsa de aseo», explica Escuriola. Y añade: «Casi todo lo que llevaba lo acabé dejando allí también». A sus 29 años, Ainhoa expresa la felicidad que le ha dado poder formar parte de estos proyectos: «Es la experiencia más gratificante de mi vida». Así, pretende volver una vez al año para visitar a los niños, y traer ropa y medicamentos que necesiten.

A pesar de que en la capital las condiciones son distintas, en la localidad de Ukunda muchos vecinos viven sin luz y sin agua. La mayoría de las casas se componen de dos chapas que hacen de pared, y no tienen ni baño ni cocina: «Comen lo que pueden cada día y emplean una hoguerita», cuenta la estibadora. Toda la familia comparte un colchón, si es que tienen la «suerte» de tenerlo. Ahora, explica, hay casas nuevas que se construyen con tierra, palos y agua: «Hay quien lo tiene todo y no lo valora, con dos días aquí lo aprecias todo más».