Antes de empezar mi exposición, me gustaría pedir un minuto de silencio por todos los fallecidos por el covid-19 y por todos aquellos enfermos que siguen luchando por su vida.
El Vigia
Una vez mostrado mi respeto, el de todo el colectivo al que represento, por las primeras víctimas directas de esta pandemia, toca explicar por qué me parece esta una crisis reveladora.
Hasta las primeras semanas de marzo de 2020, la labor profesional que desarrollaba cada uno era entendida como más o menos importante en función de su aportación al PIB. Desde entonces, y durante los meses del estado de alarma, hemos humanizado la mirada y nos hemos dado cuenta de que ese es un dato, sí, pero que no dice mucho por sí solo, porque para poder producir tenemos que estar atendidos sanitariamente, en un hospital –si se requiere– limpio y con máquinas que funcionen o en una farmacia donde alguien despache las medicinas; es necesario estar alimentados, mejor con productos frescos, que alguien tiene que cultivar, y si no son de cercanía, alguien tiene que transportar, que cargar y descargar de un barco; que reponer en el supermercado… y, si profundizamos en nuestro sector, el barco tiene que atracar en condiciones y ser amarrado etc.
Así, al vernos como seres humanos, no solo como números, nos hemos dado cuenta de que existen multitud de profesiones que antes no solo estaban ocultas sino que, muchas, además, estaban denostadas y resulta que, en momentos adversos, son las esenciales para que funcionemos como sociedad. A mí, eso me resulta toda una revelación a tener en cuenta.
Del mismo modo, me lo parece la importancia que le hemos dado, todos, a la unidad y la solidaridad, dos de los grandes valores sobre los que está sustentado el colectivo de estibadores y el resto de los trabajadores portuarios, de manera tradicional han sido nuestros pilares.
En este punto, en el que parece que empezamos a atisbar una salida de la crisis sanitaria, me parece que es fundamental, para paliar la económica, para crecer como sociedad y porque es de justicia, no olvidar a todos aquellos que nos hemos dejado la piel en la primera línea de este trance. Los que hemos acudido a nuestros puestos de trabajo, con responsabilidad y entrega, y te decíamos a ti #quedateencasa.
En lo que compete a la estiba, entiendo que lo que urge, para continuar creciendo como sector y seguir siendo motor de la economía del país, es hacer una apuesta clara por la estabilidad y firmar, de una vez por todas, el V Acuerdo Marco, que dé paraguas legal a la relación laboral en los puertos y permita rubricar los convenios colectivos de ámbito local, cuya vigencia debería ampliarse hasta diciembre de 2020, así como la subsistencia de las Sagep que no se hayan transformado,
hasta la misma fecha.
Confío en que hayan servido de algo las revelaciones de esta crisis.