El operador de terminales del Grupo MSC movilizará una inversión de casi 1.100 millones de euros
Diario del Puerto
La puesta en marcha de la futura Terminal Norte del Puerto de Valencia está cada vez más cerca de ser una realidad. Tras el levantamiento de la suspensión de las obras del nuevo muelle de contenedores del recinto valenciano, la definitiva adjudicación de la puesta en marcha de la terminal supone la vía libre de TiL para levantar una infraestructura de casi 1.100 millones de euros.
En su sesión de ayer, el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Valencia aprobó la adjudicación de la puesta en marcha de la futura Terminal Norte a Terminal Investment Limited (TiL) -división del Grupo MSC encargada de la gestión de terminales portuarias- por un importe de 1.098.237.000 euros, una cantidad que engloba todas las actuaciones necesarias para la puesta en funcionamiento, la explotación y el mantenimiento de la futura instalación que no vayan a ser ejecutadas por la propia APV.
El 20 de septiembre, el TARC levantaba la suspensión del proceso de adjudicación de las obras del nuevo muelle de contenedores, lo que suponía, de facto, dar vía libre para el comienzo de los trabajos
El paso dado ayer por el máximo órgano de decisión de la APV es doblemente importante, por cuanto que las dos tramitaciones necesarias para que la Terminal Norte sea una realidad han alcanzado su punto culminante en las últimas semanas: las obras de construcción del nuevo muelle de contenedores, por un lado, y la puesta en marcha de la propia terminal, por otro.
El pasado mes de julio, la APV adjudicó las obras para la construcción del nuevo muelle a la UTE formada por Acciona Construcción, Jan de Nul NV y Grupo Bertolín por un importe total de 591.905.762,46 euros y un plazo de ejecución de 54 meses.
euros de inversión total. La nueva terminal implica la mayor inversión público-privada realizada hasta la fecha en el sistema portuario español, que asciende a un total de 1.690.142.762,46 euros, desglosados en 591.905.762,46 euros pertenecientes a la adjudicación de las obras del nuevo muelle por parte de la APV, y en 1.098.237.000 euros que desembolsará TiL, empresa adjudicataria de su puesta en marcha.
Recurso
No obstante, el recurso planteado por una de las UTEs que optaba a los trabajos -la formada por Dragados, Rover Maritime, Torrescamara y Cia de Obras, Dredging International España y Dravo- paralizó el proceso administrativo, lo que suponía que las obras no podían comenzar. El 20 de septiembre, el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TARC) desestimaba el recurso y levantaba la suspensión del procedimiento, lo que suponía, de facto, dar vía libre para el inicio de los trabajos.
El Consejo de Administración de la APV adjudicó ayer la puesta en marcha de las instalaciones a Terminal Investment Limited
Adjudicación
Con este trámite ya solucionado, quedaba por saber el momento en que se adjudicaría a TiL la puesta en marcha de la terminal. Una vez despejado el camino de las obras del nuevo muelle, el Consejo de Administración de la APV de ayer decidió adjudicar a TiL la puesta en marcha de la terminal. Hay que recordar que en septiembre de 2019, el Consejo seleccionó la oferta presentada por TiL a propuesta de la Mesa de Calificación, un paso que no suponía la adjudicación propia.
Ahora, TiL ya tiene vía libre para poner en marcha la terminal una vez hayan concluido las obras de construcción del nuevo muelle.
La concesión administrativa para la construcción y explotación de la nueva terminal aprobada ayer por el Consejo de la APV se otorga por un plazo de 50 años.
Las futuras instalaciones se ubicarán en aguas abrigadas de la Ampliación Norte -cuyas obras finalizaron en 2012-, tendrá una superficie de unas 137 hectáreas y 1.970 metros de línea de atraque, con una capacidad para albergar hasta cinco millones de contenedores.
En materia medioambiental la nueva terminal de contenedores será autosuficiente energéticamente, alineada con el objetivo puerto cero emisiones en 2030 de Valenciaport. Un espacio sin humos que minimizará la emisión de dióxido de carbono mediante el suministro eléctrico a grúas, máquinas de patio y a buques portacontenedores que, durante su estancia en Valencia, conectarán sus motores a la red eléctrica.
La nueva superficie portuaria supone generar una nueva terminal ferroviaria de seis vías de 1.000 metros de longitud con instalaciones para la carga y descarga de mercancías.